Mi voz irá contigo por Sidney Rosen

Quizás pocos oyeron hablar de Milton Erickson, un psicólogo norteamericano contemporáneo.

Hace muchos años me topé con su nombre en una revista Uno mismo, donde el autor de la nota era impactado por la forma en que Milton Erickson lo recibe, le habla, lo hipnotiza y lo cura en el mismo transcurso de la entrevista que fue a hacerle.

En esos momentos busqué por las librerías algo más de este enigmático personaje sin éxito. Estoy hablando de los años 80, donde la Internet estaba siendo soñada en los laboratorios.

Un lunes veo «Mi voz irá contigo» en manos de un amigo. Mis ansias de leerlo «ya» se dispararon; tuve que esperar un tiempo para poder gozar de los relatos terapéuticos de este señor.

Lo que uno lee alguna vez y que le impactó queda en alguna especie de sitio mítico; seguramente es el resultado de una resonancia interior con algo que se necesita: en ese estado (mítico) estaba mi impresión sobre Milton Erickson.

Devoré el libro con cuidado, leí algunos párrafos dos o más veces.

Realmente es un libro fascinante, el arte de Erickson trasciende lo terapéutico. Leer ese libro es una especie de autoayuda. Como lo dice el mismo libro, los relatos suenan en uno moviendo sutiles o no tan sutiles aspectos psicológicos.

Es como un viaje por las posibilidades de uno; con sus propios medios; sin muchos resquemores ni tantos cuidados: es uno mismo quien tiene los recursos para transitar por la vida.

En lo particular me quedaron en claro los siguientes aspectos:

  • El no temor al poder, el uso correcto del poder
  • El uso de las adversidades como oportunidades; el mismo Erickson tuvo poliomilitis.
  • La felicidad y la alegría de vivir que trasunta por todo el libro

«Nadio vió Matrix» por Walter Graziano

Compré este libro porque me gustó mucho «Hitlter ganó la guerra» (del mismo autor), el cual me recordó alguna teorías conspirativas que había leído por la Internet buscando información sobre el proyecto «Monarch» o «MK-Ultra» que para quien lo no sabe, es según algunos un proyecto secreto del gobierno norteamericano para dominar a ciertas personas induciéndoles doble personalidad. Estas personas serían espías y asesinos perfectos. Una aproximación al tema es la película «The Manchurian Candidate» y otra no tan conocida pero que muestra o ilustra aún mejor lo mencionado acerca del proyecto Monarch: «Conspiracy Theory» .

El libro comienza con la interesante historia del Imperio Romano, mencionando el mecanismo de su apogeo, crisis y caída.

Pues bien, «Hitler ganó la guerra» mencionaba algunos de los condimentos encontrados en la web de estos proyectos: los Iluminati y la sociedad secreta Skulls and Bones a la cual pertenecerían encumbrados personajes de la vida política de los EEUU, entre ellos, nada más ni nada menos que George Bush padre y George W. Bush, su hijo.

Pero la saga de «Hitler ganó la guerra», esto es: «Nadie vió Matrix» es no sólo un refrito de las tesis del primero, sino que con el agregado de toda la conspiparanoia que uno podría imaginar.

Al cabo de leer el libro, queda claro que la humanidad somos víctimas de un grupo de preclaros y muy astutos sujetos, la élite que con astutas maniobras de inteligencia, contrainteligencia, conspiraciones varias, guerras, asesinatos y toda una variedad de herramientas por el estilo deja de lado el motor histórico-económico que conforma la historia, manipulándola a su favor.

¿La revolución francesa fue el resultado de la ascendente burguesía ? Claro que no: es el resultado de las maniobras de las sociedades secretas masónicas conspirando en las sombras.

¿La caída del muro de Berlin es por la ineficiencia y cortedad política de la burocracia soviética? Error: es el resultado de una planificación cuidadosa de la sociedades secretas incrustadas en el seno del politburó.

Llega a mencionar un pacto entre Lew Dawidowitsch Bronstein (Trotsky)  y el servicio secreto inglés en contra de la URSS.

Sin dudas asistimos a un desembozado uso del poder político militar en pos de intereses de unos pocos ricos y poderosos; pero de allí a suponer que toda la historia  es una sucesión de hechos provocados por sociedades secretas, es como demasiado.

Realmente una sola palabra resume mi experiencia de leer este libro: decepción.

Los temas son los archiconocidos de la conspiparanonia que se puede encontrar haciendo una simple búsqueda en la Internet de la palabra «Iluminatti» o «Monarch project».

Sólo le falta agregar al autor la visión de los «hombres-lagarto» que en sus orígenes iniciaron esas sociedades secretas para mantener el control sobre la humanidad. Y obviamente de los planes secretos «Monarch» y «MK-Ultra» de la CIA y demás agencias gubernamentales norteamericanas.

Se confunden todos los términos en una mezcolanza de párrafos que se repiten una y otra vez, quizás pretendiendo que esa repetición aumente la verosimilitud de los argumentos.

En fin, un libro realmente malo, que me costó terminar de leer.