«Cartas marcadas» por Alejandro Dolina

Compré «Cartas Marcadas» con la ilusión del deleite prolongado de la prosa de Alejandro Dolina.

La novela comenzó con un relato como introducción. Ese relato hablaba de un libro que contenía un poder increíble. Lo notable es que ese libro era modificado por los lectores y estaba escondido por alguien en algún lado.

No me gustó tanto.

Parece una suma de pequeños relatos relacionados, alguna clase de clave en palabras tachadas que no alcancé a descubrir y la reiteración de los temas de Dolina, que comienzan a ser repetitivos y previsibles.

En realidad no se si el libro es demasiado genial como para que yo lo entienda y disfrute o es un reflejo de aquello a los que nos tenía acostumbrados Alejandro Dolina.

 

La aventura de un fotógrafo en La Plata – Adolfo Bioy Casares

Hacía muchos años que no leía a Bioy Casares. Lo último fue «La invención de Morel», pero fue hace tantos años que debería releerlo.

Esta novela es deliciosa. Sus personajes, pequeños, nos hacen disfrutar de una historia que se desenvuelve suave, a veces de manera inesperada, otras sorprendente.

La historia de nuestro fotógrafo que llega con un encargo a La Plata y por casualidad se encuentra con una familia que lo trata como el hijo ausente, se transforma de a poco en historias de esperas, encuentros, desencuentros y amores.

Además de aspectos oscuros que quedan delineados en la novela y que la hacen inquietante.

El fotógrafo nos pasea por la ciudad de La Plata y algunos personajes, como en un semisueño o una semivigilia.

Además nos trae la atmósfera de un tiempo ido, sin celulares y sin tantos teléfonos, donde los desencuentros eran frecuentes y las conjeturas de donde estaba alguien era todo un arte.

Me gustó mucho esta novela y me hace pensar que la sombra de Jorge Luis Borges no nos deja disfrutar de este autor.

 

 

El propósito de la educación – Krishnamurti

Este libro del gran Krishamurti vale por una sola de las preguntas que le hace un «interlocutor» a Jiddhu:

—¿Cómo puedo dejar de ser un necio?

La respuesta me dejó en un halo de comprensión, esas comprensiones que a veces olvidamos y debemos retomar.

—Si usted quiere dejar de ser un necio, no intente ser inteligente, porque entonces siempre será un necio.

Creo que el diálogo anterior encierra todos los discursos, preguntas y respuestas de Jiddhu Krishnamurti que están en este libro.

El propósito de la educación es dejar atrás el miedo, las ideas hechas, la que se considera que debo hacer en la vida, volver mi mente al estado del principiante, el Mushin.

Un libro que dejó una huella en mi entendimiento y muchas, muchas preguntas. Esas preguntas que le hacen bien al espíritu porque lo mantienen en movimiento.

El palacio de la memoria – Graciela, Blanco Héctor E., Ciocchini Laura, De Carli

288Compré este libro por recomendación del guía del Colegio Nacional de Concepción del Uruguay. Por alguna razón me quedó su nombre y la editorial: Eudeba.

Este libro opera a modo de excusa. Dice en su reseña:

Una tarde de hace casi veinte años, Héctor Ciocchini visita el Palacio San José de Entre Ríos, residencia de Justo José de Urquiza, y al observar un friso de estilo jónico, se pregunta si detrás de ese aparente caos de figuras –cascos, armaduras, barcos y armas de guerra que contra toda norma se suceden sin simetría ni orden aparente– puede encontrarse un mensaje, una lectura. A partir de esa intuición, comienza una pesquisa, a la que se unen Laura Di Carlo y Graciela Blanco, en donde desfilan la Hypnerotomaquia del Polifiloy las facturas de los constructores,la alquimia y la geometría sagrada y las guerras civiles, Juan Manuel Blanes y Éliphas Lèvi, la masonería y las montoneras. Y en este proceso, zigzagueante y trabajoso, el friso comienza a revelar su mensaje oculto que, en tanto histórico y a la vez universal, se puede leer como un programa político del entrerriano pero también como algo más: un llamado a la reconciliación y a la concordia entre los hombres.

 Pero esa investigación del friso de marras nos lleva al profundo simbolismo que encierra este palacio y a partes de la historia argentina y de Entre Ríos que todos deberíamos conocer. Un entramado que por lo general está por detrás de la historia y que explican algunas cosas como la dimisión de Urquiza en la batalla de Pavón.
Es entonces que aprendemos como influye la masonería en nuestras tierras, aprendemos de simbolismo, aprendemos de la Cabala, del plan que tenía en mente Urquiza para la organización del país, de que la Constitución Nacional es pitagórica.
Un libro muy recomendable, aprendí muchas cosas con su lectura y supe comprender otras.
Además se puede adquirir directamente desde Eudeba

«El juego de Gerald» por Stephen King

el-juego-de-geraldSe puede pensar que un escritor como Stephen King nos garantizará un libro entretenido, de esos libros que es imposible dejar de leer. Son esos libros que por lo general compro para leer en un viaje o cuando tengo vacaciones o cuando sé que voy a tener algún tiempo libre. Leer a Stephen King es por lo general espeluznante y sus historias difícilmente se olvidan.

Pero éste no es el caso, éste libro me resultó muy aburrido. Pero muy aburrido. Como escritor me asombró la capacidad de Stephen King de escribir y escribir y escribir naderías, página tras página, capítulo tras capítulo de texto insustancial, redundante, ¡aburrido! desde un emocionante principio hasta un aceptable final.

La historia de una mujer atada con esposas a la cama, inerme, con su marido muerto por ella misma a un lado, un perro que se acerca y huye y alguna presencia fantasmal puede ser el material de un cuento, pero no de una novela. Los personajes son traídos por el autor desde la memoria de la víctima/protagonista, un recurso del que abusa en esta novela. Esos personajes rellenan el pobre argumento y entonces uno se va enterando de la historia de nuestra heroína.

En fin, no me gustó. Lo terminé con cierto esfuerzo. Lo había empezado y abandonado, pero no soy de los que pueden seguir el sano consejo de Jorge Luis Borges de leer sólo lo que me agrada, a veces necesito terminar el libro que comencé a leer.

La pasión según Carmela – Marcos Aguinis

La pasión según Carmela – Marcos Aguinis

Me acerqué a esta novela con muchas expectativas, había oído hablar de Marcos Aguinis como un excelente escritor y en consonancia con mi búsqueda de afinar mi estilo, pensé que leerlo iba a ser a la vez provechoso y placentero a la vez.

Ni una cosa ni la otra. Ahora opino sin el menor empacho que Marcos Aguinis es un escritor mediocre. Se le nota el oficio, y arte es hacer que el oficio no se note según decía mi madre. La temática es un amor contrariado en la revolución cubana entre una local y un argentino. El autor cambia de relator durante la novela, en un artificio que no la salva, sino que la hace más confusa.

La novela destila veneno por los cuatro costados contra el régimen cubano, intentando llevar al lector desde la mirada «inocente» de sus protagonistas: Carmela y Horario, hasta la «decepción». Marcos Agunis nos lleva por las vicisitudes de la pareja y las injusticias del régimen para que observemos con nuestros propios ojos lo que sucede en la isla, obviamente desde su punto de vista.

La novela (corta por otro lado) tiene un par de pasajes interesantes que no la salvan, un evento  sobre la no tolerancia a la homosexualidad del hermano de Carmela por parte del Che y unas idas y venidas bien hollywoodenses.

Nos pinta a un Che voluntarioso, idealista y despótico y a un Fidel  irracional.

Deshechen todo lo que dicen los comentarios sobre esta novela, por ejemplo que muestra la verdadera trama de la revolución, estoy seguro que en aquella época sucedieron cosas de otro calibre.

Una mala novela, Aguinis no leo más nada tuyo.

«Tokio blues (Norwegian Wood)» – Haruki Murakami

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Me compré el libro porque decía «best seller internacional». Que un best seller haya sido escrito por un japonés, me pareció que al menos iba a comprar algo entretenido o algo exótico.

La novela me fascinó, cuando comencé a leerla, no pude dejarla. El relato de las aventuras y desventuras de Watanabe en Tokio y su enfermiza relacion con Naoko me envolvió de una manera hipnótica.

La novela es japonesa, sus historia es retorcida y llena de decepciones y actos heroicos. Hay descripciones deliciosas de como Naoko se desnuda a la luz de la luna y de como él camina detrás de ella.

Me impresionó el uso del suicidio como medio de salir del ambiente opresivo que destila la novela, y como la muerte, las ausencias y la tristeza baña las descripciones que el autor desenvuelve con maestría.

Tokio Blues quedará por siempre en mi memoria, es una novela que volveré a leer, no sólo porque me enseñerá mucho sobre el oficio de narrar, sino porque es una hermosa novela.

Me dieron muchas ganas de leer otra cosa de Haruki Murakami.

«Puertas de fuego» – Steven Pressfield

Puertas de Fuego - Steven PressfieldXeon no nació espartano, pero quiere serlo. El mismo Apolo le salva la vida para que cumpla su destino: que Jerjes, el gran conquistador persa, sepa quienes son los espartanos y cuál es su filosofía de vida.

El libro nos lleva por todas las peripecias de Xeon y su prima, desde que su ciudad es quemada por unos invasores y ellos dos sobreviven de milagro con la ayuda de un esclavo ciego. Él escucha que si a su ciudad la hubieran defendido sólo cinco espartanos, ésta habría sobrevivido.

Ávido de venganza decide hacerse un lacedominio y combatir en sus filas, hacerse invencible como ellos.

El libro nos hace vibrar con las descripciones de la vida de estos caballeros, su filosofía y peculiaridades.

En lo personal me fascinó las reflexiones de Dienekes sobre el miedo y la ciencia que él estudiaba y perfeccionaba: la phobologia. En uno de los momentos culminantes del libro, Dienekes se pregunta cuál es la emoción opuesta a ésta. No es el coraje o la valentía, porque esas son cualidades del alma, se es valiente a pesar del temor. Tampoco es su ausencia, no tener tristeza no es tener alegría. Descubre que las mujeres espartanas seguramente conocían mejor lo opuesto al miedo, porque ellas se quedaban en la ciudad sin saber si volverían sus esposos e hijos, una vez que marchaban hacia la batalla. Y cuando regresaban, debían llorar en silencio su ausencia para siempre.

Luego de ver cómo los últimos espartanos luchan hasta el final en la famosa batalla de las Termópilas, ahora en boga por la historieta que fue llevada al cine: 300, Dienekes logra descubrir cuál es la emoción opuesta al miedo, es aquella fuerza que cohesiona a los compañeros hasta hacerlos uno, es aquello que los lleva más allá de todo límite, aquello que les hace dar la vida por su hermano y por su ciudad, eso opuesto al temor es el amor.

Batallas, sangre, valentía, épica; este libro lo tiene a montones. Me encantó leerlo, a veces no podía detenerme porque el relato de la acción me llevaba al siguiente párrafo, y al otro y al otro.

Cuando uno lo termina, desea sosener el escudo y la lanza, colocarse el casco con la curiosa T en el frente y la capa escarlata.

Cuando uno termina de leer este libro, desea haber nacido espartano.

El futuro del imperio – Robert Kaplan

El futuro del imperio por Robert Kaplan

Ese libro demuestra algo que sospechaba, pero que no me atrevía a ver del todo, cegado por la propaganda hollywoodense que está por doquier.

Los norteamericanos, los estadounidenses, son unas bestias, así de simple. No van a tener la menor piedad en aplastarte si le conviene a sus intereses.

El libro comienza con un repaso de sus glorias pasadas. El autor arranca su periplo por un viejo fuerte de la frontera, donde militares se regordean con la posibilidad de hacer polvo a cualquiera y donde sea.

Luego recorre ciudades como San Luis, Santa Fe y Amarillo donde enumera como los negros van tomando barrios y arruinando las ciudades, no se percatan que antes de ser negros son pobres, habla de los negros fueran alguna clase de aliens y no seres humanos. Luego transcribe los lamentos de otros interlocutores de cómo la cultura anglosajona tiene que absorber a asiáticos y latinoamericanos, poniendo a EE.UU. en la aldea global, rompiendo su viejo aislamiento, ellos que son la luz del mundo.

Este libro demuestra el verdadero espíritu de los estadounidenses, medrosos, fanfarrones, militaristas, racistas y ávaros, su clase política mirándose siempre el ombligo y tomando para sí lo que necesiten sin medir consecuencias.Realmente son el nuevo Imperio Romano, por algo lo estudian tan a fondo.

En estos lados deberíamos ser astutos y jamás tragarnos sus discursos. Quien dude de lo que digo, que lea el libro.

«Demian» por Herman Hesse

Fue difícil revisitar un libro que leí hace tanto tiempo.

Aún recuerdo el impacto que produjo en mí ese libro, aunque ya había pasado por mi adolescencia. Lo leí en una terna junto con «El lobo estepario» y «Sidharta».

Demian fue desvastador para mí. Fue junto con «En busca de lo milagroso» de Piotr Ouspensky lo que marcó el fin a una ingenua creencia que había moldeado desde los 14 años.

De pronto todo aquello que yo rechazaba en mí era parte de Abraxas, un dios que juntaba lo malo y lo bueno. De pronto ví que las cosas podían tener muchas interpretaciones y no una sola lineal y acabada.

Asombrosamente, Demian aún tenía cosas para decirme. Me recordó el camino del héroe, me recordó que todo nacimiento es una muerte y que uno debe romper el huevo como ese gavilán amarillo y naranja, hacia posibilidades insospechadas.

No necesariamente lo que vendrá será mejor, pero el precio de crecer es la conciencia a lo que antes estaba escondido de nuestra mirada.

Con Sinclair vamos recorriendo un despertar doloroso e inevitable, en el marco de una sociedad de férreos valores y creencias.

Hoy en día la búsqueda de Sinclair se me hace que sería mucho más sencilla en algunos aspectos y más difícil en otros. Sencilla porque no debería ir en contra una sociedad tan estructurada, y difícil por lo mismo; su búsqueda no tendría el contrapeso adecuado para hacer que nazca de lo profundo aquello que queremos ser.

Quizás la idea de Abraxas parezca hoy ingenua, o me lo parezca a mí; sin embargo no rechazar aquello que consideramos «malo», incluírlo como parte de nosotros y por lo tanto tener «la marca» debe ser a veces un enorme, gigantesco paso hacia adelante.